The Artist

Ficha de la película:

Nombre original: The Artist
Director: Michel Hazanavicius
Guionista: Michel Hazanavicius
Actores: Jean Dujardin, Bérénice Bejo, John Goodman

Duración: 100 minutos
Año: 2011
Productora: La Petite Reine

¿Una peli rodada como si fueran los años 20, con la narrativa de los años 20 y, básicamente, en blanco y negro y muda? Wow. Muy buena tiene que ser para que todo el mundo hable de ella.

Pero creo que es una peli necesaria, ya que deja bastante claro que la narración vertiginosa que se usa hoy en día no es, ni por asomo, la única manera de contar una historia y mantener el ritmo. Es muy interesante ver cómo se cuenta la historia casi sin palabras y el relato es suficientemente fascinante como para mantenerse por sí mismo sin necesidad de la curiosidad generada por la rareza del producto.

The Artist es una película que hay que ver por muchos motivos, y todos son geniales. Los actores hacen un grandísimo trabajo, no solamente actuando, sino copiando la manera de moverse y hablar de la época. La época en sí también está muy bien retratada con esos escenarios de cartón piedra tan cutres que reflejan no sólo los platós de las pelis que ruedan los personajes, sino la realidad donde viven dichos personajes. Esto crea un juego genial que hace al espectador integrarse por completo con la historia y le da un matiz que quizás se habría perdido con una recreación más fidedigna.

Por supuesto, no se puede dejar de hablar del protagonista indiscutible del filme, la banda sonora, que es para quitarse el sombrero. Así, el montaje se acopla como un guante a todo esto y los personajes parecen cambiar cuando la música así lo hace.

Lo malo empieza en el larguísimo segundo acto. La estructura es un poco lenta y los personajes tardan en evolucionar, mientras que el espectador ya sabe todo (y no porque el guión sea previsible, sino porque se te muestra desde el principio) y sólo espera una buena parte del metraje a que todo concluya. Además, salvo un par de excepciones, faltan escenas visualmente potentes, y cuando las hay, suelen (que no siempre porque, por ejemplo, la escena de repetir tomas de baile es alucinante) ser tan melodramáticas que atufan.

La conclusión, por otra parte, es perfecta y buenrrollista a tope, así que saldrás del cine con una buena sonrisa, sin que eso signifique que la trama sea previsible al 100%. Ya quisieran muchas pelis ñoñas de hoy en día tener la mitad de buenas ideas que esta.

Puntuación final: 8